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A mi bella Starmoon

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A ti. A ti dedico esta imagen, porque me acordare siempre de como te gustaba cada vez que ponía el texto que estaba leyendo en ese momento. Y no solo eso, de nuestras conversaciones, de tu canción diaria, de tu bondad, de un corazón tan limpio y tan puro. Ojala hubiéramos tenido más tiempo. Ojala hubiera perdido el miedo a preguntarte muchas cosas, que ahora ya no podre.  Solo puedo darte las gracias. Gracias por ser el hilo que ha unido las almas de muchos, que ahora considero familia. Siempre estarás con nosotros. Una vez me dijiste: "estoy aquí para ponerte esas alas q te faltan, para ayudarte a volar".  Hoy tu libro se ha cerrado, y ya no habrá más páginas que leer, pero muchos seguiremos escribiendo por ti en nuestro libro, porque lo que nos has enseñado formara parte de nosotros eternamente. Hoy lacito rojo para ti . Hoy lacito negro para mi .
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  LLEGO EL MOMENTO Dicen que las cosas pasan por algo. Que si no decides, la vida decide por ti. Y ahora es cuando en este punto de inflexión, una se da cuenta y empieza a hacer memoria, de todos aquellos momentos en los que se podría haber tomado una determinación y no se hizo.  ¿ y sí...? esa pregunta que atormenta. Porque al final no damos el paso, y preferimos la calma antes que crear una tormenta que no sabes donde te llevará.  Ahora la tormenta esta aquí, y buscas refugio donde no lo hay. Porque todo esta inundado, hasta el rostro que te devuelve el cristal. Solo un pequeño atisbo de luz en el horizonte, nos marca el camino donde queremos estar, y es hasta ahí donde hay que atreverse a cruzar. A cruzar la tormenta.
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  PAUSA I I Dar al botón de pausa, a veces es necesario. Esa pausa que no te lleva a ningún sitio, ni es reflexiva ni te invita a dar un paso en falso. Simplemente se trata de parar, sin ningún fin específico, porque se trata de un círculo en el que andas metida. En el que no paras de dar vueltas sin hallar ningún sentido, y que no tiene puerta de salida ni de entrada. ¿Qué haces entonces?  Montaña rusa de emociones, en el que un día quieres volar y otro no. Y entonces aparece la culpa. La maldita culpa. Dale a la pausa. Espera y no esperes nada. 
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  Miss G La señorita G es el centro de un huracán. Es el estallido de la tormenta que resuena, que te lleva, que puede matarte y revivirte al mismo tiempo. No entiende de normas, sucumbe a los impulsos y hace lo que le apetece en cada momento. Te embrujara y acabarás rendido a sus pies, y cuando menos lo esperes te soltara y acabarás cayendo lentamente por un precipicio, sin saber lo que te espera al final. Pero nunca habrá un final. Seguirás cayendo hasta que comprendas que te ha hecho un regalo. Qué te ha salvado, y solo entonces reposaras en algodones para descubrir que una nueva vida te espera.