PAUSA I I
Dar al botón de pausa, a veces es necesario. Esa pausa que no te lleva a ningún sitio, ni es reflexiva ni te invita a dar un paso en falso. Simplemente se trata de parar, sin ningún fin específico, porque se trata de un círculo en el que andas metida. En el que no paras de dar vueltas sin hallar ningún sentido, y que no tiene puerta de salida ni de entrada. ¿Qué haces entonces?
Montaña rusa de emociones, en el que un día quieres volar y otro no. Y entonces aparece la culpa. La maldita culpa.
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